La Ribeira Sacra
Un tesoro escondido en los paisajes gallegos
La Ribeira Sacra ofrece una experiencia verdaderamente extraordinaria que combina la majestuosidad de la naturaleza con la riqueza de su patrimonio histórico y cultural. Su nombre en latín, «Rivoira Sacrata», evoca la esencia misma de este lugar como una tierra entre ríos, donde se alzan algunos de los monasterios románicos más destacados de toda Europa.
En el corazón de esta región se encuentran los imponentes Cañones del Sil, donde el río se abre paso entre profundos valles y altas montañas. Desde los miradores estratégicamente ubicados, como el de Matacás y Pena do Castelo, se pueden contemplar panoramas que inspiran asombro y admiración, revelando la magnificencia de la naturaleza en su estado más puro.
Pero la Ribeira Sacra no solo cautiva con sus paisajes impresionantes, sino que también deleita los paladares más exigentes con sus vinos de denominación de origen. Cultivados en terrazas empinadas que desafían la gravedad, estos vinos tienen una historia que se remonta a la época de los romanos, quienes apreciaban su calidad excepcional. Incluso figuras tan destacadas como el ex-presidente de Estados Unidos, Obama, han brindado con vino de la Ribeira Sacra, reconociendo su excelencia.
Explorar la Ribeira Sacra es sumergirse en un mundo donde los sentidos se despiertan ante la armonía perfecta entre la naturaleza y la cultura.
Aquí, los viñedos se entrelazan con los antiguos monasterios, creando un paisaje único que invita a la reflexión y la contemplación. Sin duda, este lugar merece ser reconocido como Patrimonio de la Humanidad, no solo por su belleza sobrecogedora, sino también por su invaluable contribución a la historia y la identidad de Galicia.






La Ribeira desde Portomarín
Un paseo entre viñedos
Portomarín, situado en la subzona de Ribeiras do Miño, al norte de la Ribeira Sacra, ofrece un entorno vitivinícola único y cautivador. Aquí, el clima atlántico con influencias mediterráneas se ve modulado por la presencia del río Miño, que actúa como un regulador térmico natural. Los suelos ácidos y la topografía suavemente ondulada definen el «terroir» de esta región, otorgándole una personalidad única.
Podrás encontrar visitas guiadas organizadas por algunas bodegas con visita a las mismas y los viñedos, además de conocer el proceso de elaboración de sus vinos.
Si lo que prefieres es ir a la aventura, tienes la “Ruta do Loio” a pocos kilómetros de Portomarín, con un recorrido de 7 km.
El camino comienza en Ruxidoira, cerca del Muíño do Cabo, aunque también puedes iniciar la ruta desde otros puntos como el parque detrás del Centro de Salud y desde Rodillón. A lo largo del recorrido, podrás disfrutar de impresionantes paisajes naturales, escuchando el rugir de las aguas de la cascada en A Ponte da Fervenza y admirando la diversidad de la flora y fauna autóctona.