Tradición y Renacimiento en la Villa Jardín
En 1963, la construcción del embalse de Belesar transformó para siempre la fisonomía de Portomarín. Aunque el antiguo pueblo quedó sumergido bajo las aguas, su historia y patrimonio no se perdieron. Muchos de sus edificios más importantes fueron cuidadosamente trasladados piedra a piedra al Monte del Cristo, donde se erige el nuevo Portomarín, un pueblo que conserva el alma medieval del original.
El Corazón del Nuevo Portomarín
Entre los monumentos trasladados, destaca la Iglesia de San Nicolás, una obra románica del siglo XIII con aspecto de fortaleza. Su imponente arquitectura y los detalles en sus puertas y rosetones impresionan a quienes la visitan. Incluso se pueden observar las marcas de numeración en los sillares, un vestigio de su meticuloso traslado.
Otro edificio emblemático es el Pazo Xeral Paredes, conocido también como el Pazo del Conde de la Maza, construido en el siglo XVI por el Capitán Don Gregorio de Vila. Junto con la iglesia, forma parte de una plaza central que incluye el ayuntamiento y una calle con soportales y adoquinado original, diseñada para recrear la estética del antiguo Portomarín.
Además, el Pazo de Berbetoros y la Iglesia de San Pedro se trasladaron parcialmente, conformando un rincón encantador que puede apreciarse desde el Parque Antonio Sanz. Este espacio, junto con el Parque de Agustín del Río (conocido como Parabéns) y el Parque Manuel de Blas, le otorgan a Portomarín el sobrenombre de Villa Jardín, por su combinación de historia y valor paisajístico.
La Escalera del Tiempo


Uno de los elementos más icónicos del nuevo Portomarín es la escalinata de granito que conecta la zona del río con el casco urbano. Esta impresionante obra integra un arco de la antigua puente medieval, sirviendo como un puente entre el pasado y el presente. Al final de la escalinata, se encuentra la Capilla de las Nieves, un lugar de gran significado histórico, pues fue en su día parte del hospital de la Orden de San Juan y servía como punto de vigilancia del paso por el puente.
«Portomarín renació de las aguas y conservó su esencia medieval, convirtiéndose en un lugar donde la historia y la naturaleza se encuentran en perfecta armonía.»



El Camino de Santiago y el Motor Económico de la Villa
Portomarín es una parada esencial para los peregrinos que recorren el Camino de Santiago, una tradición profundamente vinculada al pueblo. Año tras año, miles de caminantes llegan a la villa, convirtiendo esta peregrinación en uno de los principales motores económicos de la zona. Su patrimonio histórico y cultural, combinado con la hospitalidad local, hacen de Portomarín un destino único en Galicia.
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